El primer ministro, Biniamín Netanyahu, rechazó la idea de que Israel absorba refugiados sirios, subrayando que el Estado judío no es indiferente al sufrimiento de la población vecina; pero que simplemente no tiene la capacidad de absorber a las masas que buscan auxilio.
«Israel no es indiferente a la tragedia humana; concienzudamente atendimos a mil [personas] que fueron heridas en los combates en Siria y les hemos ayudado a reconstruir sus vidas», expresó Netanyahu durante la reunión del Gabinete en Jerusalén.
«Sin embargo, Israel es un país muy pequeño. No tiene profundidad demográfica y ni amplitud geográfica», añadió el primer ministro. «Debemos proteger nuestras fronteras contra los inmigrantes ilegales y contra los autores de actos de terrorismo. No podemos permitir que Israel sea inundado con infiltrados».
El primer ministro agregó que Israel está considerando enviar paquetes de ayuda a los países de África para que los habitantes de esas naciones no precisen emigrar de sus hogares.
Netanyahu adelantó que Israel comenzará la construcción de una valla de seguridad a lo largo de su frontera oriental para mantener alejados a los inmigrantes ilegales y a los intentos de ataque.
El líder de
«Por lo menos [Herzog] debería sugerir, como lo hizo el primer ministro de Finlandia, de llevarlos a su casa», apuntó Katz.
El ministro de Turismo, Yariv Levin, también del partido gobernante Likud, se pronunció en contra de la idea de absorber a los habitantes de Siria, un país enemigo.
«Sugiero que paremos con esta manía de tratar de agradar a los demás todo el tiempo», dijo a la Radio del Ejército (Galei Tzáhal). «No debemos absorber a los habitantes de un país enemigo que podrían actuar en contra nuestro desde dentro de Israel».
En la misma sintonía, Yair Lapid, presidente de Yesh Atid presidente, se expresó contra de que el Estado judío acoja a los refugiados sirios, subrayando que Israel no debe tomar ninguna medida que pueda, en el futuro, legitimar la aplicación del llamado “derecho del retorno” de los palestinos.