El 37 % de las familias que se dedican a la agricultura y que fueron afectadas por segundo año consecutivo por la sequía meteorológica optan por comprar sus alimentos al crédito o pedir alimentos prestados, según el diagnóstico efectuado entre junio y julio por la oficina del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el país, en coordinación con el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN). La misma opción fue tomada por 58 % de hogares con jornaleros que se dedican principalmente a trabajar en fincas de café y no poseen tierras.
Para elaborar esta medición, las instituciones entrevistaron a una muestra de 1,000 hogares de un total de 38,000 que se estima, están en situación de inseguridad alimentaria: De ellos, 30,000 son hogares de productores que poseen tierras o las alquilan para trabajar, mientras que 8,000 familias trabajan como jornaleros. Al utilizar un promedio de cinco miembros por familia, se estima que casi 200,000 personas se encuentran en esta categoría, explicó el representante en El Salvador del PMA, Nils Grede.
Contrario al año anterior, cuando se elaboró un documento similar con datos de septiembre y octubre de 2014, hoy el 2 % de los encuestados manifestaron que tuvieron que pedir limosna y así comprar alimentos para sus hogares, una opción que el año anterior no fue reportada por ningún hogar.
Asimismo, el diagnóstico señala que en esta oportunidad, el 36 % de los hogares gastó sus ahorros para comprar sus alimentos, el 35 % pidió dinero prestado, mientras que el 32 % manifestó depender de la ayuda de familiares o amigos para sobrevivir u optó por reducir los gastos que hace para adquirir insumos de agricultura y ganado.
“Otra estrategia que incluimos en las estrategias de crisis, porque hace mucho daño a las familias en el mediano plazo, es reducir los gastos en educación y salud, eso en un 21 %; sacar a los niños de la escuela, también muy dañino, porque se compromete el futuro de los niños, es del 5 % para los productores y 15 % para los (jornaleros) cafetaleros”, dijo Grede.
El 19 % de los hogares encuestados decidió consumir sus reservas de semillas para siembra, el 8 % vendió activos productivos, como las herramientas que utilizan para cultivar, y un 5 % decidió vender sus tierras. También un 19 % manifestó que hasta hoy trabajan solo para costearse alimentos, un 27 % logró conseguir otro empleo o emprender un pequeño negocio y en el 8 % de las familias, uno o más miembros del hogar migró a la ciudad o a otro país en busca de ingresos.
“En algunas de esas estrategias, los jornaleros de café tienen niveles más altos porque tienen menos resiliencia, menos ahorros, no tienen tierras que puedan vender”, añadió Grede, quien detalló que se prepara una actualización de este diagnóstico para diciembre (ver entrevista).
APOYO
Hasta el momento, Grede explicó que el PMA cuenta con $4 millones para apoyar a El Salvador por los impactos de la sequía, los cuales han sido donados por EE.UU., Italia y Corea, además de gestionarse fondos ante el Fondo Central de Respuesta a las Emergencias (CERF).
Se estima que con el monto total de donaciones tendrían la capacidad de apoyar a 15,000 familias por un plazo de tres meses con alimentos como arroz y aceite que sería complementado por bonos mensuales de $61.50.
El coordinador de la Unidad de Respuesta a Emergencias del PMA, Jaime Hernández, explicó que se trabaja en la priorización de municipios que serán atendidos junto al Gobierno. “Vamos a iniciar este mes con una intervención en Tacuba, tenemos los recursos y ya se hizo el tema de priorización, estamos nada más identificando a las familias”, mencionó.
¿Cómo identifican a los hogares afectados?
El representante en El Salvador del PMA, Nils Grede, explicó que en la organización se utilizan al menos tres criterios para identificar si un hogar está en situación de inseguridad alimentaria. Uno se relaciona a las reservas de alimentos que posee y la diversidad de su dieta, es decir, qué se come y con qué frecuencia.
Un segundo factor se relaciona a las llamadas “estrategias de sobrevivencia”, es decir, las opciones para adaptarse a las situaciones (vender activos, gastar ahorros o prestar dinero para comprar alimentos, entre otras).
Finalmente, se evalúa el porcentaje de los ingresos que un hogar usa para comprar alimentos, pues en un hogar con una buena situación, el porcentaje no supera un 15 %. “En esta situación (inseguridad alimentaria) fácilmente un 80 % se gasta en alimentos”, explicó el representante del PMA.
37 % De hogares
El 37 % de los hogares compró a crédito o pidió alimento prestado para enfrentar el efecto de la sequía.
32 % Insumos
El 32 % de los hogares redujo el gasto en insumos agrícolas o de ganadería, para poder comprar alimentos.
fuente:DEM
