El cóctel de nacionalidades que intoxica al Valencia CF

Image copyrightGettyImage captionGary Neville nunca ha trabajado como entrenador desde que se retiró del fútbol en 2011.

La llegada de Gary Neville al banquillo del Valencia Club de Fútbol ha sido recibida con una mezcla de esperanza y temor por sus hinchas y la crítica local. Esperanza porque se trata de un personaje muy respetado en el ámbito futbolístico; temor porque su experiencia como entrenador se limita a tres años como asistente del seleccionador de Inglaterra, un trabajo poco exigente.

Este técnico bisoño llega en un momento de honda crisis institucional en el club, uno de los más exigentes del país (su afición es la cuarta de la liga, detrás de Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid), con un propietario (extranjero) ausente, una presidenta también extranjera y una evidente pérdida de confianza y tensión competitiva en el plantel de jugadores.

El propietario es Peter Lim, un potentado de Singapur, un ex taxista que hizo su fortuna (varios miles de millones de dólares) especulando en los mercados de valores y que ahora tiene numerosas propiedades e intereses en Europa.

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Image captionPeter Lim tiene una relación muy cercana con Jorge Mendes, el superagente portugués que tiene entre sus clientes a Cristiano Ronaldo y José Mourinho.

A través de su empresa de inversiones, Meriton Holdings Ltd., el millonario singapurense se ha mostrado muy activo en el ámbito deportivo, con inversiones muy ambiciosas (el caso del Valencia) pero también modestas, como su 50% de participación en el Salford City, un club de la División Uno Norte de la Northern Premier League de Inglaterra, uno de los peldaños más profundos en la jerarquía de las divisiones del fútbol inglés.

Un indicio de la importancia del Salford City: su estadio tiene una capacidad de 1.400 espectadores.

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Image captionNeville junto a Nicky Butt y uno de los jugadores del Salford City, el equipo del que Lim es propietario del 50% de las acciones.

Es obvio que Lim no está en Salford (localidad del Gran Manchester) para ganar dinero; está allí por la compañía: el otro 50% se lo reparten por partes iguales Gary y Phil Neville, Nicky Butt, Paul Scholes y Ryan Giggs.

Pero esa compañía resulta más redituable en otro proyecto de los cinco exjugadores del Man United: una empresa propietaria de un hotel de 133 habitaciones en Manchester y un restaurante en Londres. En este caso Lim ha invertido (o prometido invertir) hasta US$65 millones por una participación de 65% en el hotel y el restaurante de sus amigos y socios ingleses.

Y este es uno de los puntos que más inquietan a los críticos españoles, porqueLim no ha traído a cualquier profesional para uno de los banquillos más difíciles de Europa; ni siquiera a un profesional inexperto: ha traído a un profesional inexperto que además es su socio comercial, y que como asistente tendrá a otro socio, Phil Neville, que ocupó ese lugar asistiendo al técnico anterior.

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Image captionEl Valencia logró empatar 1-1 frente al Barcelona el pasado fin de semana.

¿Gary Neville llega porque es un técnico capaz o porque es socio y amigo del dueño del club?, se preguntan muchos valencianos. ¿De ser necesario tomar medidas contra el técnico, el club se atrevería a despedir al socio del dueño?

Esta relación entre propietarios y socios, que algunos encuentran impropia, no es una novedad en el régimen de Peter Lim: cuando desembarcó en Valencia, a mediados del año pasado, lo hizo de la mano de otro amigo y socio comercial, el superagente portugués Jorge Mendes, que había gestionado la compra por parte de Lim de los derechos económicos del español Rodrigo Moreno y del portugués André Gomes, cedidos en préstamo por el Benfica al Valencia.

(Cabe señalar que Lim también es el propietario de los derechos de imagen internacionales de un tal Cristiano Ronaldo, pupilo de cierto Jorge Mendes.)

Tampoco fue una mera coincidencia la llegada al banquillo del club levantino del DT Nuno Espírito Santo, el primer futbolista que gestionó Mendes, en 1997.

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Image captionNuno, quien fue el primer futbolista representado por Jorge Mendes, fue despedido tras el irregular inicio de temporada del Valencia.

Ya es algo habitual que un multimillonario extranjero compre un club de fútbol de una de las principales ligas europeas: los millonarios autóctonos están empobrecidos (es un decir) o prefieren invertir su dinero en otras cosas, no necesariamente más sensatas. El problema es que estos clubes no son tan fáciles de gestionar como una fábrica de muebles o de rulemanes.

Al principio pareció que Lim tenía los cordones bien atados: un propietario con bolsillos muy profundos; una presidenta de su confianza, la también singapurense Lay Hoon Chan; el gestor y representante más influyente del mundo; un técnico compatriota del superagente, asistido por uno de los socios ingleses de Lim, todos con la colaboración de dos figuras locales que daban legitimidad valenciana a la gestión: el presidente ejecutivo Amadeo Salvo y el mánager general deportivo, Francisco Rufete, de la directiva anterior.

La previsible pugna por el poder, en ausencia del propietario y muchas veces de la presidenta del consejo (Hoon Chan es la mano derecha de Lim para casi todos sus intereses alrededor del mundo), así como la vida errante de Mendes, desembocó en la renuncia de Salvo, que no pudo (o no le permitieron) llenar el vacío; Rufete, el otro valenciano importante en el directorio, también se alejó.

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Image captionEl Valencia marcha en la octava posición de la Liga en España y esta semana tiene un crucial partido por la Liga de Campeones frente al Olympique de Lyon.

El sacudón llegó al vestuario, que perdió la confianza en Nuno, tal vez por su supuesta flexibilidad ante los requerimientos de Mendes.

De modo que la dirección del Valencia se ha convertido en una coctel de nacionalidades en el que falta el ingrediente más importante, el toque local, doblemente importante en un club con una larga tradición de frustraciones empresariales que arrastraron consigo a numerosas campañas deportivas.

No conviene subestimar a un personaje como Gary Neville, sin embargo.

El hombre no es un aventurero que aprovecha la oportunidad que le da un amigote: es un profesional serio, un hombre de carácter que se había convertido en el pundit (experto) más respetado entre los numerosos exjugadores que se ganan la vida de periodistas.

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Image captionNeville tendrá como asistente a su hermano, Phil Neville.

La inmensa mayoría de estos señores solo atina a dar opiniones superficiales, ya sea porque su capacidad de expresión no está a la altura de su conocimiento profesional, o porque no quieren criticar a otros jugadores, o porque todavía confían en que los llamarán de un club para ofrecerle un cargo, y no quieren ofender a los dirigentes, todos ellos muy susceptibles.

Gary Neville no tiene pelos en la lengua, y su facilidad de palabra le permite desplegar un formidable arsenal de observaciones y análisis muy persuasivos.

Pero el pundit más aplaudido de Inglaterra quiere ser entrenador y no podía rechazar el ofrecimiento de un banquillo donde puede aprender el oficio y llegar a ser lo que realmente quiere ser en el futuro: entrenador del Manchester United y, finalmente, seleccionador de Inglaterra.

Por ahora será un ingrediente más en el coctel de nacionalidades extranjeras del Valencia CF, que ya ha intoxicado a más de uno.

fuente:bbcmundo

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