Después del Uruguay 3-0 Chile en el estadio Centenario, el 17 de noviembre, por la eliminatoria para el Mundial 2018, el seleccionador aludió a la polémica eliminación de su equipo en cuartos de final de la Copa América, cuando una provocación desleal del chileno Gonzalo Jara provocó la expulsión de Edinson Cavani.
Luego también fue expulsado Jorge Fucile, Uruguay perdió la concentración que pide El Maestro y Chile ganó 1-0, con gol de Mauricio Isla.

«En el fútbol no sólo es jugar bien», dijo. «Nosotros queríamos volver a enfrentar a Chile para ver qué podíamos hacer y lo ganamos con mucha corrección, jugando muy limpio. Había cosas que dependían de nosotros, actitud, mentalización, meter como este grupo sabe y no supo hacer Chile.»
Tabárez suele ser didáctico, como cabe dado su primer oficio, maestro de escuela primaria. Le gustan las cosas claras y sencillas. Hay cosas complicadas, claro, pero la mejor forma de hacerlas bien es encontrarle la parte fácil.

Durante los 10 años transcurridos desde su designación como seleccionador nacional (ya lo había sido en un periodo anterior, 1988-90), Tabárez ha refrescado a sus pupilos las enseñanzas originales de la escuela uruguaya: básicamente jugar bien, con actitud y mentalización, «metiendo pierna».
Para Tabárez, el fútbol no es sólo jugar bien; tampoco es únicamente garra y corazón. Es las dos cosas.
Poco a poco el ámbito futbolístico alrededor del mundo ha tomado nota de las consecuencias de esta prédica del maestro uruguayo: el retorno al primer plano internacional de un fútbol que en algún momento pareció adormilado, hasta apagado, superado por el aluvión procedente de países más populosos.
Cualquiera con un mínimo interés por la historia del fútbol advertirá la importancia de este reverdecimiento de la escuela uruguaya, que ha recuperado al menos parte de la confianza que tuvo en su época dorada.
La carrera de Óscar Tabárez como seleccionador nacional incluye la participación en tres mundiales:
- En 1990 fue eliminado en octavos por Italia, el equipo anfitrión.
- En Sudáfrica 2010 «sorprendió» a la cátedra con el cuarto lugar (Diego Forlán fue declarado el mejor jugador del torneo)
- En 2014, en Brasil, cayó en octavos ante la mejor Colombia de los últimos 20 años.
En la Copa América, que tan bien cae al talante uruguayo (tal vez porque le da la oportunidad de frustrar a sus dos poderosos vecinos, Brasil y Argentina), la trayectoria de Tabárez incluye el título de subcampeón en 1989 (durante su gestión anterior en el seleccionado) y luego un cuarto puesto en 2007, el título de campeón en 2011 (¡en Buenos Aires!) y cuartos de final en 2015.

Entre sus distinciones internacionales figuran Campeón del Deporte de la Unesco (2010) y Mejor Seleccionador Nacional del Mundo 2011, según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, la IFFHS.
El seleccionado uruguayo visitará este mes a Brasil y recibirá a Perú en partidos por las eliminatorias del Mundial 2018. Por primera vez desde su expulsión durante el mundial de Brasil integrará el plantel Luis Suárez.

A Tabárez no le gusta el nivel de expectativas que provoca en Uruguay el retorno de quien muchos consideran el mejor número 9 del mundo.
En declaraciones a Ovación, el suplemento deportivo del diario uruguayo El País, el seleccionador aclaró que «soy enemigo de buscar en un deporte colectivo al mejor. Porque la historia del fútbol es muy larga… y justamente el otro día me preguntaron si había visto algo como el tridente de ahora… capaz que no vi un tridente, como este del Barcelona, pero ¡vi cada jugadores jugando juntos! Desde Puskas a Di Stéfano, hasta los brasileños que se juntaron en el Brasil del 70, una cosa maravillosa en la historia del fútbol».

«El fútbol evoluciona», agregó, «y lo cierto es que Luis se beneficia de esas cosas, y ese tridente del Barcelona ocupa ya una parte de la historia.»
«Pero, evidentemente, Luis ha aumentado su potencial en los últimos tiempos… Es un jugador que ha crecido muchísimo, eso es indudable.»
Muy bien, aprobado, califica el maestro Tabárez.
fuente:bbcmundo