Image captionNéstor Kirchner gobernó Santa Cruz durante 12 años. Ahora será gobernadora su hermana.
El frío paisaje de El Calafate, la ciudad patagónica que sirve de entrada al impresionante glaciar Perito Moreno, es «el lugar en el mundo» de Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta de Argentina.
Allí se refugia en tiempos de descanso, cuando se recupera de alguna enfermedad o si necesita reencontrarse con la provincia que su marido, Néstor Kirchner, gobernó durante 12 años: Santa Cruz.
Pero los helados territorios del sur son para Fernández algo más que una fuente de nostalgia.
Mientras la mandataria pone fin a su era en la Casa Rosada, Santa Cruz permanece como el último gran reducto de poder de la familia Kirchner.

La hermana de Néstor, la cuñada de Cristina y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, se convertirá en gobernadora de la provincia tras haber vencido en las elecciones provinciales del domingo.
Y el hijo mayor del matrimonio presidencial, Máximo, se desempeñará por primera vez como diputado en el Congreso nacional, después de haber resultado electo en los mismos comicios.
Para el núcleo duro del oficialismo, Alicia y, sobre todo, Máximo, son la esperanza de que el apellido Kirchner pueda seguir vinculado con el poder al menos por una generación más.
Elección agridulce
Pero la alegría del Frente para la Victoria en Santa Cruz no es del todo completa.
Si bien Alicia Kirchner será gobernadora, para imponerse a la oposición tuvo que sumar los votos de otro candidato gracias a una ley -respaldada por la mayoría kirchnerista- que permite agrupar los votos de diferentes aspirantes de un mismo partido en torno al ganador, en una suerte de interna que se salda con un «todo al vencedor».

En el caso de Máximo, tampoco él fue el más votado, ya que su lista quedó en segundo lugar.
Aunque recibió suficiente respaldo para ganar una banca de diputado.
«Atrás quedan las mentiras de (el grupo mediático) Clarín, que decían que íbamos a perder Santa Cruz, y que sólo viene acá cuando las cosas están mal (…) Lo único que quisieron no fue ver mejor a Santa Cruz sino ver destruidos a Néstor y Cristina», dijo Máximo Kirchner.
«El Frente para la Victoria se está renovando», agregó el diputado electo.

Desde el Congreso, Máximo Kirchner podrá dirigir la bancada leal al kirchnerismo, sea quien sea el que resulte ganador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 22 de noviembre, en la que compiten el oficialista Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri.
Además, liderará desde la capital del país la agrupación juvenil kirchnerista de La Cámpora, un apoyo fundamental para Cristina Fernández en los últimos años, con cargos públicos de relevancia en ministerios y empresas estatales como Aerolínas Argentinas.
En el círculo de confianza santacruceño de la presidenta está también Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico de la Presidencia.
Fue, además de diputado por la provincia en los 90, la mano derecha de Néstor Kirchner y su esposa en el gobierno de Río Gallegos, primero, y en Buenos Aires después.
Y ahora acompaña como vicepresidente al candidato Scioli, una elección quemuchos vieron más bien como una imposición de la presidenta al aspirante oficialista, con el objetivo de tener en la Casa Rosada a un guardián de su legado si el Frente para la Victoria vence las elecciones.
Hotel en la mira

Pero esta tierra de lagos y pingüinos también ha puesto en aprietos a Cristina Fernández por sus actividades económicas allí.
La declaración jurada de patrimonio deFernández refleja que es dueña de un importante patrimonio en Calafate y Río Gallegos.
En total, la presidenta tiene declaradas 26 propiedades -es titular del 50% de cada una de ellas, el otro 50% es de sus dos hijos- y un patrimonio total de 55 millones de pesos (unos US$6,5 millones).
Entre los inmuebles hay un hotel, Los Sauces, en Calafate. También tiene casas, departamentos y locales comerciales en Río Gallegos, la capital de la provincia.
Pero es otro hotel más, la joya del patrimonio Kirchner, el que está bajo sospecha.
El Alto Calafate, un lujoso resort en la Patagonia argentina, es conocido como «el hotel de Cristina» y ha estado en el centro de una polémica por la investigación de un juez a la empresa que gestiona el resort de la presidenta, Hotesur S.A..

La justicia indaga si el hotel es parte de una operación de lavado de dinero, debido a que, según una investigación publicada por el diario La Nación, Hotesur acordó alquilar cientos de habitaciones en los distintos hoteles que administra al empresario Lázaro Báez, un aliado del gobierno y principal concesionario de obra pública en la provincia de Santa Cruz.
Desde hace años el patrimonio de la presidenta en Santa Cruz ha estado bajo el escrutinio de algunos medios y de la oposición argentina, que la acusan de haberse enriquecido ilícitamente y de haber usado a Báez como testaferro para ocultar su riqueza.
La causa se encuentra ahora en un punto decisivo. El juez encargado del caso, Claudio Bonadio, fue apartado tras haber sido cuestionado por la defensa de Romina Mercado, presidenta de Hotesur y sobrina de la presidenta, y por el oficialismo, que lo vincula con la oposición.
Y el nuevo responsable es otro juez, Rafael Rafecas, quien tendrá que decidir sobre el futuro de la causa, que podría quedar archivada.
El caso podría tener un desenlace en los próximos días o semanas.
Pero tendrá que pasar mucho más tiempo para saber si la provincia que fue cuna del kirchnerismo seguirá, con Alicia y Máximo, siendo un decisivo «territorio K» en el futuro político de Argentina.
fuente:bbcmundo