El leopardo (Panthera pardus) También se lo conoce como pantera parda.
En los bosques tropicales habita cerca del 50% de la biodiversidad del planeta. Y, según los expertos, es poco lo que se sabe de las especies que allí merodean.
Parte del problema está en la disparidad de la metodología que se utiliza para el estudio de animales silvestres.
Para llenar este vacío, hace más de diez años se inició el proyecto Conservación Internacional, cuyo objetivo era realizar un censo de los mamíferos y aves grandes que habitan en el suelo de los bosques tropicales protegidos de todo el mundo.
El resultado son más de 2,5 millones de imágenes que dan cuenta del estado de estas especies.

Para el estudio, el equipo de expertos colocó cámaras «espías» en áreas de 200 kilómetros cuadrados con sensores infrarrojos que detectan los cambios de temperatura y de movimiento.
«Cuando pasa un animal –cuya temperatura corporal es mayor que la del entorno– la cámara se dispara y toma una foto por segundo», le dice a BBC Mundo el ecólogo colombiano Jorge Ahumada, del centro de monitoreo y análisis de ecología tropical (TEAM, por sus siglas en inglés)

Estas cámaras tomaron entre 150.000 y 600.000 fotos al año.
«Quizás el reto más difícil fue analizar estos datos de una forma rápida y efectiva», confiesa Ahumada. Para ello utilizaron un sistema de computación de análisis de grandes volúmenes de información.
Eso les permitió determinar que el 17% de los animales monitoreados han aumentado su población, el 22% se ha mantenido estable en la última década, mientras que el 22% ha disminuido.
Según el experto, estos resultados son un indicativo de que las áreas protegidas están funcionando mejor de lo que se creía.

«Este (resultado) representa casi la totalidad de especies tropicales de mamíferos y aves que viven en el suelo», aclara Ahumada; lo que significa la tercera parte de toda la biodiversidad de mamíferos y aves que viven en los bosques tropicales.
Para el ecólogo, una ventaja del proyecto es la evidencia fotográfica que ahora tienen.
«Cuando realizas el estudio con caminatas (que es como se suele hacer), tienes que fiarte de lo que vio el observador», agrega.

Para el estudio de los bosques en Sudamérica, los expertos colocaron cámaras en Perú, Ecuador, Brasil y Surinam.
Una de las sorpresas fue haber podido retratar a los perros de monte.
«Este es un perrito salvaje muy poco conocido, que se ha visto muy pocas veces», cuenta el experto. «Y lo vimos en Perú y Surinam».
Ahumada agrega que el hecho de que hayan podido ver esta especie significa que el bosque está en buen estado.

En la región, los resultados del estudio son muy parecidos a los globales.
«Todas las áreas protegidas que miramos en Sudamérica están en buen estado«, asegura Ahumada.
«No tenemos ninguna indicación de que haya una disminución sistemática de todas las especies en los sitios que estudiamos», agrega.

Para Ahumada, lo más importante de este método es que están midiendo la salud del bosque tropical.
«Y la salud del bosque tropical está ligada de una forma muy importante a la de las personas que allí habitan«, explica.
«Un bosque tropical que no tiene una fauna asociada a él es un bosque que no absorbe la misma cantidad de carbono, la misma cantidad de agua».

Los investigadores advierten que si bien los resultados son mejores de lo esperado, no hay que bajar la guardia, pues todavía pueden estar ocurriendo pérdidas de vida silvestre en áreas protegidas.
A pesar del volumen de imágenes, durante el estudio hubo muchas poblaciones que no se pudieron capturar con la suficiente frecuencia como para hacer una evaluación exhaustiva.
Por otra parte, este trabajo no incluye zonas desprotegidas donde puede haber un mayor declive de las especies producto de la influencia del hombre.