Un grupo de mujeres sigue a Mikhail Sashko, presidente y uno de los fundadores del club, hacia el agua.
En la ciudad siberiana de Krasnoyarsk, los miembros del club de nado en invierno Cryophile se bañan en el río Yenisei sea cual sea el tiempo. Algunas de las personas que practican este helado pasatiempo nos cuentan por qué lo hacen.
Image captionMikhail Sashko, entra al Río Yenisei el día de su 68 cumpleaños, con una temperatura de -27 grados. “El momento de la inmersión es gustoso”, dijo Sashko. “Después hay una ráfaga de energía y todo mi cuerpo se siente relajado”.Image captionEn la casa de madera del club, con acceso restringido, los miembros del club pueden disfrutar de la sauna, charlar mientras toman una bebida caliente o tocar el piano.Image caption“Muchos de mis amigos y sus padres dicen que es imposible bañarse en invierno en el río Yenisei”. Nastya entró por primera vez en aguas heladas a la edad de dos años.Image captionEl cazador aficionado Nikolai Bocharov, de 77, empezó a nadar en invierno cuando hacía el servicio militar en Alemania. “Cuando llegué de vuelta a casa, hice un agujero en el hielo del río Yenisei y me bañé ahí”, dijo.Image captionLas hermanas Liza y Yulia en las agudas heladas del río Yenisei con una temperatura de unos -16 grados. Yulia, que ha nadado en el club desde que tenía cuatro años, dice que sus amigos alaban su valor pero se resisten a hacer lo mismo.Image captionMikhail Shakov, que dejó el ejército recientemente, entra en las aguas heladas el primer día tras volver del servicio militar. Para Shakov, nadar es una forma de desconectarse de la vida diaria y dejar de lado sus problemas.Image captionVladimir Kholkov, de 71 años, es pensionista. Saltó por primera vez en invierno un día de 1990. Todas las fotos son de Ilya Naymushin, Reuters.