En vez de enterrar el pasado, hoy la sociedad busca saber la verdad y honrar a las víctimas de crímenes de estado. Museos y lugares de memoria llaman a no permitir que los hechos se repitan.
Los espacios dedicados a la memoria se multiplican. Cárceles, centros de detención y tortura, así como museos que exponen documentos, filmaciones y fotografías, constituyen parte del patrimonio que invita a conocer la historia reciente de primera fuente y en los mismos escenarios en que ocurrió.
“Echarle una mirada al pasado nos ayuda a forjar el presente. Alemania, que ha sufrido dos dictaduras, invierte numerosos recursos en proyectos de investigación y promoción de la memoria histórica”, destaca el cubano Jorge García Vázquez, quien fue prisionero en 1987 en una antigua cárcel de la Stasi, en la extinta República Democrática Alemana. Hoy, el edificio es el memorial Berlin-Hohenschönhausen y García es uno de sus guías.
Además del recorrido por las instalaciones, el centro tiene documentos y archivos a disposición de investigadores, ciudadanos y escolares. “No se trata solo de dar a conocer el sufrimiento de las víctimas, proceso doloroso por el que hay que pasar para lograr justicia, reconciliación y paz, sino entender las condiciones y factores que conducen a la violencia, a la instauración de dictaduras o estados totalitarios, quiénes son los victimarios y por qué”, explica. “Memoria es aprender de las experiencias pasadas. Ayuda incluso a perdonar, pero no a olvidar”, indica García.
El camino recorrido en Alemania es mirado con interés por países que están trabajando su memoria. En Lima se construye actualmente el proyecto Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), con aportes del gobierno alemán. “Una delegación del LUM fue invitada a visitar los lugares de la memoria en Alemania”, relata Sofía Macher, representante del proyecto. “Fue muy interesante conocer el proceso de memoria seguido en este país y cómo sigue siendo un proceso vivo. Nuevos sectores de víctimas, antes invisibilizadas, hoy son recordadas”, sostiene.
ESPACIOS DE MEMORIA EN ALEMANIA Y LATINOAMÉRICA
Verdad y reparación
Verdad y reparaciónEn diferentes países y con distintas historias, los espacios de memoria llaman a tomar conciencia sobre crímenes que no deben repetirse. El emblemático “nunca más” a dictaduras, regímenes totalitarios y conflictos armados es el gran mensaje que encierran estos lugares, donde se promueve el respeto a los Derechos Humanos, se hace visible a las víctimas y se reconoce su dignidad.
En Argentina, la señalización “Justicia, Verdad, Memoria” marca antiguos centros clandestinos de detención, tortura y exterminio o donde sucedieron hechos emblemáticos del accionar de la represión ilegal entre 1976 y 1983. Aunque el dolor de las víctimas permanece, “reparar con justicia, con memoria desde el Estado, conlleva un alivio y un acto reparador”, explica Judith Said, coordinadora de la Red de Sitios de Memoria en este país.
“La memoria es un arma de combate que no sólo honra a las víctimas y repudia a quienes llevaron a cabo hechos que ofenden a la humanidad. Las prácticas genocidas anidan en la parte más cruel y oscura, más aberrante de ciertos hombres. Sólo desde la memoria podemos encontrar, como decía Walter Benjamin, ese relampagueo en nuestras conciencias que nos advierte de los nuevos peligros”, concluye.
fuente:DW