El ministro de Agricultura, Uri Ariel, del partido religioso nacional Habait Haehudí, creyó que era una buena idea regalarle al presidente ruso Dmitry Medvedev, un helicóptero no tripulado (drone), usado para investigaciones agrícolas.
Ahora, resulta que podría meter a Israel en problemas con Estados Unidos por entregarle el aparato a los rusos, dado que que el drone ha sido desarrollado con tecnología de punta norteamericana. Peor aún, el asunto podría causar una disputa diplomática también con Moscú, dado que el helicóptero que le fue suministrado a los rusos carece de algunos de los agregados tecnológicos.
Cuando Medvedev visitó el Instituto Volcani en el centro del país, Ariel le preguntó si quería el aparato que se exhibía allí, que cuesta 200 mil shekels (51.900 dólares). El primer ministro ruso le respondió que sí. Ariel se dirigió a su director general, que aceptó hacer los arreglos.
Israel tiene buenas razones para mostrar cortesía. El primer ministro ruso realizó una visita de tres días para firmar una amplia gama de acuerdos bilaterales con el objeto de apoyar a la industria láctea rusa con tecnología, know how y servicios ofrecidos por empresas israelíes y el Instituto Volcani, en un acuerdo por un valor de hasta 15 mil millones de dólares.
Sin embargo, parece que la aeronave no tripulada que entregó Ariel pertenece a Volcani, y no al Ministerio de Agricultura y su valor supera 60 veces la suma que a los funcionarios públicos se les permite gastar en regalos. Cuando los funcionarios rusos fueron a recoger el helicóptero, se quedaron esperando con impaciencia hasta que el personal nervioso de Volcani recibió el permiso de un funcionario no identificado para liberarlo.
“El modelo del avión no tripulado que el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, recibió como regalo del ministro de Agricultura, Ariel fue entregado sin el sistema operativo y el control remoto”, dijeron fuentes cercanas al instituto.
Al parecer, el personal se negó a entregar el equipo de control remoto y una cámara térmica, con un costo estimado de cien mil shekels (26 mil dólares), que el Instituto había instalado en la aeronave. Los rusos ya han pedido a Volcani esas piezas y si no las recibe, el acuerdo agrícola recientemente firmado con Israel podría estar en peligro.
Al mismo tiempo, podría haber problemas si se descubre que la aeronave está equipada con tecnología estadounidense, cuya exportación a Rusia no ha sido aprobada por el Ministerio de Defensa de Israel. La exportación del equipo que se considera de “doble uso” – es decir, civil y militar – debería haber sido aprobada de antemano por el Ministerio de Defensa.
Dicha autorización tiene por objeto impedir que la tecnología avanzada desarrollada por Estados Unidos, y otros países, llegue a las manos de países hostiles o sea reexportado de alguna manera en otros productos sin el permiso formal. Tales violaciones han provocado en el pasado la destitución de altos funcionarios israelíes entre ellas la de un director general del Ministerio de Defensa.
“Esta es una historia completamente ridícula”, manifestó un funcionario israelí, que pidió no ser identificado.
Tras haberse filtrado la noticia, el Ministerio de Agricultura acordó la comprarle un nuevo avión no tripulado al instituto Volcani, es decir, a expensas de los contribuyentes.
El Ministerio de Agricultura ha tratado de minimizar el costo del “regalo”, argumentando que Israel se beneficia ampliamente por el acuerdo firmado entre ambos países.
En la primera etapa del acuerdo, Rusia invertirá 1.300 millones de dólares en un proyecto piloto, con empresas israelíes con contratos para construir, consultar y conducir las nuevas instalaciones.
fuente.Aurora